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Voluntarios que ayudan desde la convivencia

11 de abril de 2022

Compartir tu tiempo con los que más lo necesitan es una de las acciones más generosas que hay, pero si, además de tu tiempo compartes tu vida, eso ya se eleva a otro nivel. Te contamos algunas iniciativas que consiguen cambiar vidas a través del voluntariado.

Existen muchas formas de apoyar y de favorecer la autonomía personal, la autoestima, la independencia y la calidad de vida de los colectivos más desfavorecidos. Y una de ellas es a través del voluntariado en su máxima expresión. Personas anónimas que no quieren ser solidarios solo de forma ocasional, sino que hacen de la solidaridad una forma diferente de vivir. Voluntarios que conviven con sus beneficiarios rompiendo barreras y estereotipos y ofreciéndoles la oportunidad de un futuro mejor desde la cercanía. Es el voluntariado con mayúsculas.

Vivir juntos cambia vidas es una iniciativa llevada a cabo por la Fundación Hogares Lázaro y cuyo cometido es ofrecer una segunda oportunidad a personas en riesgo de exclusión social. El proyecto transcurre en los pisos tutelados que tiene la fundación en Madrid (tanto para hombres como para mujeres) y en ellos, jóvenes universitarios no solo comparten vivienda con estas personas, también comparten la vida, aprenden, se sostienen y se ayudan.

Los residentes acogidos son personas sin hogar que provienen de “la calle”, de albergues, centros de acogida y otros recursos de alojamiento temporal. Estas personas son derivadas por entidades especializadas que se comprometen a continuar con la intervención social (acompañamiento social, trámites administrativos, atención psicológica, etc.).

La duración de la estancia en un piso no se limita a priori, sino que se adapta a las necesidades de cada persona y su autonomía. Los jóvenes se comprometen durante un año (renovable) y compaginan su trabajo y actividades personales con su presencia y disponibilidad en los hogares. Este proyecto ha sido uno de los seis galardonados en los IX Premios al Voluntariado Universitario que concede la Fundación Mutua Madrileña.

Son muchos los ancianos que viven en soledad, por eso, además de existir proyectos que ofrecen acompañamiento presencial o telemático, también hay iniciativas que van un paso más allá y promueven una convivencia intergeneracional que es puro enriquecimiento. Es el caso del programa Convive, realizado por la ONG Solidarios, que permite que un estudiante universitario viva en casa de una persona mayor durante el curso académico. El estudiante cuenta con un hogar y un entorno tranquilo para desarrollar sus estudios mientras se enriquece de la experiencia de convivir con persona mayor. Ambos se ofrecen compañía y apoyo haciendo de la convivencia una experiencia muy valiosa para ambas partes.

Voluntariados que educan en autonomía

Preparar a las personas con discapacidad intelectual para vivir de forma independiente es el objetivo de algunos proyectos de voluntariado como Aura Hábitat, impulsado por alumnos de la Universidad Ramón Llull y Aura Fundación que ofrece a jóvenes con diversidad funcional la posibilidad de vivir de forma temporal junto a un grupo de voluntarios universitarios, de modo que los primeros puedan adquirir unas habilidades, responsabilidades e independencia que, generalmente, son difíciles de desarrollar en la propia casa.

También la Fundación Down Lleida cuenta con una iniciativa similar que, de hecho, fue premiado en la II edición de los Premios al Voluntariado Universitario. La iniciativa Despiértate se desarrolla en Lleida donde jóvenes universitarios comparten piso con personas con síndrome de Down y les ayudan a prepararse para la vida adulta.

Quiero vivir contigo es un proyecto realizado por alumnos de la Universidad de Murcia en colaboración con la Fundación Síndrome de Down de Murcia, FUNDOWN. El programa promueve el derecho a vivir en pareja de las personas con Síndrome de Down gracias al apoyo de un voluntario, cuya labor consiste en favorecer la construcción del concepto de pareja y todo lo que significa una vida en común con otra persona, ayudando a respetarse, comunicarse, resolver conflictos, la educación en la sexualidad y la igualdad de género.

Al margen de este proyecto, la Universidad de Murcia gestiona a través de su oficina de voluntariado un proyecto de pisos compartidos que promueve la convivencia de alumnos con personas con discapacidad intelectual.

El voluntariado no solo puede cambiarte la vida, también puede ser una forma de vivir.

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