Durante estos meses de emergencia sanitaria hemos visto cómo había algo que se contagiaba y que se extendía aún más rápido que el propio virus: la solidaridad. Solo hace falta echar la vista atrás para ver cómo los actos generosos y espontáneos se han multiplicado por todo el país al mismo ritmo que lo hacía la pandemia: clases de refuerzo online para niños, jóvenes que hacían la compra a los ancianos, taxistas que trasladaban de forma gratuita a enfermos a los hospitales, mujeres que cosen mascarillas y batas para los sanitarios… Sin embargo, la solidaridad es un boomerang de ida y vuelta que produce tanta o más satisfacción a quien la da como al que la recibe.
Seguro que si durante estos meses te has contagiado del virus de la solidaridad o del voluntariado, en cualquiera de sus formas, hayas experimentado un sentimiento de satisfacción personal sin parangón y es que, como afirma la autora del libro ‘Bondad en acción’, Mercè Conangla, “la bondad nos produce un estado de felicidad y de bienestar con nosotros mismos vitales para un buen estado de salud”.
Debes saber que cuando ayudas a los demás también te estás ayudando a ti mismo. Te descubrimos algunos de los beneficios psíquicos que te reportará ayudar a los demás:
1. Es bueno para tu salud. Son muchos los beneficios físicos y psíquicos que aporta realizar una acción solidaria, entre ellos, disminuye la probabilidad de padecer depresión, refuerza la autoestima y aumenta la capacidad de empatía, lo que contribuye, según algunos estudios, a mejorar la salud cardiovascular.
2. El placer de dar. Cuando empiezas a aportar cosas buenas a los demás descubres que tienes mucho más que ofrecer de lo que seguramente pensabas, con lo que aumenta tu autoestima.
3. Es una fuente de motivación y crecimiento personal. El voluntariado ayuda a dar sentido a tu vida al ofrecerte la oportunidad de llevar a cabo un propósito que realmente te motive.
4. Vencer obstáculos y aprender nuevas habilidades. Realizar un voluntariado permite desarrollar cualidades como la responsabilidad, capacidad de liderazgo, perder el miedo y la vergüenza a relacionarse con gente desconocida y aprender cosas de los demás.
5. Dejar huella. Pasar por el mundo haciendo el bien no solo te ayudará a ser más feliz sino que además estarás poniendo tu granito de arena para hacer de este mundo un lugar mejor.