Cada a 20 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Felicidad, una cita proclamada por la ONU hace casi una década, y que este año cobra más sentido que nunca en medio de una pandemia que parece no llegar a su fin. Pero frente a la adversidad y el miedo paralizante, surgen grandes oportunidades para impulsar el camino hacia la felicidad, que se sustenta en valores fundamentales como la compasión, la amabilidad y la solidaridad. Y es que, aunque nos parezca inverosímil, la felicidad tiene mucho más que ver más con lo que damos que con lo que recibimos. Te contamos por qué.
Aunque no existe una fórmula concreta para alcanzar la felicidad, diversos estudios han señalado una relación directa entre la felicidad y la solidaridad, e incluso con nuestra salud. Pese a que no se conoce con exactitud si la felicidad es causa o efecto de ser solidario, lo cierto es que hay una estrecha relación entre el bienestar personal y la preocupación por los demás. Estos son algunos ejemplos de estudios realizados que demuestran que la solidaridad nos hace más felices y nos ayuda a estar más sanos.
- Compartir es vivir y nos ayuda a ser felices. El Journal of Happiness Studies afirma que las personas que se preocupan más por dar a los demás, experimentan una felicidad mucho mayor que aquellas personas que prefieren gastar dinero en ellos mismos.
- Ser solidario reduce los niveles de estrés. Así lo refleja otro análisis, en este caso de la Universidad Simon Frasser, en Canadá. Cuando somos generosos, la hormona del ‘estrés’ se desvanece más rápidamente en la sangre y tenemos una mejor predisposición para aceptar los vaivenes de la vida.
-Practicar la generosidad en nuestro sitio de trabajo nos hace más felices. Lo dice un estudio de la Universidad de California Riverside, que concluye que las personas más generosas se muestran menos irritables, tienen mejor apetito, mejor calidad de sueño, reducen sus síntomas depresivos y se sienten más comprometidas con su trabajo. ¿Se puede pedir más?
Otros reciente estudio procede de un meta-análisis publicado en la revista científica “Psychological Bulletin”. Científicos de la Universidad de Hong Kong analizaron 201 estudios independientes que estudiaban la conexión entre el comportamiento prosocial y el bienestar. Según concluye el informe, los actos de generosidad aleatorios, espontáneos o puntuales fomentan el bienestar y la salud. Una vez más la ciencia vuelve a demostrar que ayudar a los demás aumenta nuestro bienestar.
Pero al margen de lo que puedan decir informes o estudios, ¿a quién no le sienta bien ser solidario? Que se lo digan, por ejemplo, a los más de 2.000 alumnos de 78 universidades de toda España que han participado este año en la última edición de los Premios al Voluntariado Universitario. Todos ellos son la verdadera prueba de que el voluntariado es algo transformador, que engancha y que nos llena de vida. Si te animas a acompañarnos en este viaje hacia la felicidad, te invitamos a conocer las 75 candidaturas que han participado en la VIII edición de los Premios al Voluntariado y que están deseando incorporar a sus filas de voluntarios gente comprometida y solidaria como tú. La solidaridad ha estado muy presente en los últimos meses y no deberíamos dejar de practicarla y fomentarla.
Si buscas sentirte mejor y más feliz, corrobora por ti mismo la veracidad de las teorías y anímate a practicar la solidaridad. Ya lo decía Aristóteles: “la felicidad consiste en hacer el bien”. ¿A qué esperas para comprobarlo?