La igualdad de género, además de ser un derecho humano fundamental, es un aspecto necesario para lograr sociedades pacíficas, sostenibles y productivas. Las mujeres y las niñas representan la mitad de la población mundial y, aunque en sociedades avanzadas como la nuestra cueste imaginarlo, casi una de cada cuatro niñas de entre 15 y 19 años ni estudia, ni trabaja, ni recibe ningún tipo de capacitación o formación, en comparación con uno de cada diez niños de la misma edad, según Naciones Unidas. Además, por increíble que parezca, cada dos segundos una niña es forzada a casarse y, todavía, el 60% de los países sigue discriminando los derechos de las hijas a heredar tierras y bienes en la legislación o en la práctica. Por si esto fuera poco, 1 de cada 3 mujeres en todo el mundo sufre algún tipo de violencia, una situación que se ha vuelto especialmente grave a raíz de la pandemia, que ha intensificado en particular la violencia doméstica.
El próximo domingo, 11 de octubre, con motivo de la celebración del Día Internacional de la Niña, y bajo el lema "Mi voz, nuestro futuro en común", Naciones Unidas nos invita a aprovechar la oportunidad para imaginar un mundo mejor, en el que niñas y mujeres no sean desvalorizadas y sistemáticamente discriminadas por su género y edad y gocen de reconocimiento y oportunidades. En un día tan señalado como este, las ONG de todo el mundo dan visibilidad a una causa que trata de reconocer sus derechos y que nos hace reflexionar sobre los grandes desafíos que tienen que afrontar mujeres y niñas de todo el mundo por cuestión de género.
Desde la Fundación Mutua Madrileña, nos sumamos a la conmemoración de este día y nos unimos a esta lucha en la que creemos y que defendemos con firmeza y rotundidad. Y si tú también quieres aportar tu granito de arena recuerda que siempre tienes la opción de participar como voluntario en un proyecto vinculado a una ONG. El proyecto “Un futuro para Kamaria”, impulsado por la entidad Creer en ellas en colaboración con estudiantes de varias universidades madrileñas, es un buen ejemplo de lo que puedes hacer desde el voluntariado. Esta iniciativa, que concurrió a la VII edición de los Premios al Voluntariado, ofrece apoyo a jóvenes huérfanas que, al acabar sus años de infancia en el Orfanato de Kimbondo (RD Congo), se encuentran en situación de vulnerabilidad debido a la falta de una familia y recursos económicos, sumado a los abusos sufridos por ser mujer. Este apoyo es económico, pero también humano, y gracias a este proyecto, las jóvenes no sólo tienen acceso a un hogar, sino que también pueden promover su desarrollo personal y reinsertase en la sociedad congolesa, al tiempo que se forman académicamente.
Por un futuro más equitativo y próspero, alcemos la voz para defender a quienes no pueden hacerlo. Como decía Paulo Coello, “Las pequeñas cosas son las responsables de los grandes cambios”.